¿Existe el instinto maternal?

Por generaciones, ha existido la creencia de que todas las mujeres poseen impulso natural e innato para querer, procurar y cuidar a los niños, pero ¿será esto cierto cierto? ¿será verdad que todas las mujeres poseen este llamado instinto maternal?

Históricamente se ha dicho que las mujeres, por el simple hecho de ser mujeres, sienten ese vínculo afectivo con sus hijos y que es este llamado instinto maternal el que impulsa a las mujeres a convertirse en madres; sin embargo, aún existen discrepancias sobre si existe o no este instinto o si todas las mujeres lo poseen.

Por un lado, está la versión científica que, gracias a decenas de estudios, ha podido llegar a una serie de conclusiones, en primer lugar, que el instinto maternal es real y que de hecho, es capaz de transformar el cerebro de las mujeres al convertirse en madres.

Por ejemplo, estudios realizados por investigadores como Swain y Lorberbaum, concluyeron que este instinto tiene un origen biológico que hace que las madres sean capaces de reconocer los llantos de sus hijos y que al escucharlos se activan zonas del cerebro asociadas con el comportamiento maternal, es decir, de acuerdo con estas investigaciones, hace que el comportamiento de las mujeres cambie y se enfoque por completo en las necesidades de su bebé.

Por su parte, investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, fueron capaces de rastrear este comportamiento y llegaron a la conclusión de que proviene de un grupo muy específico de neuronas encargadas de fabricar dopamina, un neurotransmisor relacionado con la satisfacción y que es responsable de fomentar comportamientos de cuidado y protección en la madre; sin embargo, este estudio únicamente se realizó en ratones, puesto que pareciera no quedar duda sobre la existencia del instinto maternal en animales.

Jenny Holland, especialista en biología y conservación animal, asegura que este instinto maternal está incrustado en el cerebro femenino de todas los animales y su función es asegurar la conservación de la especie.

Sin embargo, en el caso de las mujeres y desde el feminismo, autores como Marcela Lagarde afirman contundentemente que no existe este instinto y es una construcción social creada para convencer a las mujeres de que deben cumplir el rol que el patriarcado capitalista les ha asignado, es decir la maternidad, la crianza y los cuidados de los niños. 

De tal manera que el instinto maternal sería una falacia, una invención del sistema patriarcal para asegurar que las mujeres se hagan cargo de los hijos, no por una incapacidad del hombre para realizar estas labores, sino como una asignación impuesta socialmente y que se ha replicado generación tras generación, aunque sean constantes los casos de mujeres que se rebelan contra esta condición. Para muestra, la historia de la argentina Ailín Cubelo Naval, quien a sus 22 años tomó conscientemente la decisión de ligar sus trompas de falopio para no tener hijos, lo que le provocó una ola de críticas, insultos y hasta amenazas de muerte.

Si bien, no es posible afirmar a ciencia cierta la existencia o la invención del instinto maternal, no se puede ignorar que su es una problemática que trastoca temas tan controverciales como el aborto, el abandono, explotación y maltrato infantil, y los derechos de las mujeres.

Eréndira Mejía Mújica

Licenciada en Comunicación Social y maestra en Ciencias y Artes para el Diseño por la UAM Xochimilco. Amante de las letras, la arquitectura y las finanzas personales.

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