La Selección Mexicana dirigida por Mónica Vergara cayó cinco goles por uno ante Japón, en duelo amistoso. De este encuentro me gustaría señalar diferentes situaciones, no sólo de lo futbolístico, sino del contexto qué rodea a ambas escuadras.
Rivales de élite
La frase “para ser la mejor tienes que vencer a las mejores” es una de las más usadas en el deporte. En el caso del futbol femenil mexicano, de unos años a la fecha, esta premisa había quedado en segundo plano, pues los duelos de preparación de los equipos nacionales se reducían a categorías juveniles, equipos amateurs, equipos de la Liga profesional e incluso escuadras varoniles, pero no otras selecciones que permitieran medir de forma más rigurosa el nivel de la escuadra mexicana.
Salvo algunos duelos ante Estados Unidos, que terminaron en tremendas goleadas, y un par de enfrentamientos ante Holanda y Suecia, el fogueo de los equipos de Roberto Medina y Christopher Cuéllar estaba muy por debajo que la de sus rivales directas. Hoy con Mónica Vergara la situación ha cambiado y aunque los resultados no han sido los mejores, por lo menos las formas están evolucionando, ya que, de enero hasta ahora, las rivales han sido Costa Rica, Eslovaquia, España y Japón (lugares 36, 46, 13 y 11 del ranking de la FIFA) y se vienen dos encuentros ante la selección de las barras y las estrellas, aprovechando que están cerrando su preparación a Tokio 2020.
Un planteamiento distinto
Quienes le hemos seguido la pista de la Selección Mexicana no sólo sufríamos por las derrotas estrepitosas ante selecciones como Estados Unidos o Canadá, sino por el planteamiento tan defensivo propuesto por Leonardo Cuéllar y compañía.
El pasado 13 de junio a la media noche, las mexicanas cayeron por goleada, en un partido en el que intentaron hacer una presión intensa a las niponas desde el inicio, pero pronto fue notorio que el nivel de futbol no les alcanzaría para competirle a una escuadra que ya fue campeona del mundo en 2011. El físico también fue un factor y el sector que más quedó en evidencia fue la defensa, con poca capacidad de reacción ante el “tiki taka” de Japón, que dejaba sin oportunidad a las zagueras de blanco.
Sin embargo, mi punto es que por lo menos se empieza a cambiar el chip de cómo plantarle cara a las rivales. Mónica Vergara deberá tomar nota de cuáles fueron sus errores y los de sus dirigidas dentro del terreno de juego, de las transiciones lentas y el escalonamiento desfasado, asimismo, tiene como pendiente hacer verdaderamente fuerte su media cancha, pues aunque no se intentó jugar al pelotazo como en procesos anteriores, el equipo se notaba partido, sin el engrane que le hiciera llegar balones a Alison González y Stephany Mayor, a pesar de que estas se esforzaron y así es como hallaron el gol tricolor en una combinación entre ambas.
Afición en crecimiento
Hace unos 10 años, encontrar información de futbol femenil todavía era complicado, aun con el internet. La televisión ayudó con el Mundial Sub-20 de Alemania 2010 y el Mayor de Alemania 2011, los links “piratas” proliferaron a partir del 2012. Youtube fue otra arma para la difusión de esta rama, después las transmisiones en plataformas como Facebook y hoy por hoy, la televisión de paga y los streaming son los aliados de la afición al futbol femenil.
Lo que ha sucedido en México a partir de la creación de la Liga MX Femenil es potenciar el interés de mujeres y hombres. Muestra de ello es lo que sucedió en el segundo partido amistoso de la Selección Mexicana, para el que la afición pidió incansablemente su transmisión hasta que lo logró y muestra también lo es el que a pesar de que el juego contra Japón fue a la media noche, había miles de personas conectadas en transmisiones “fake”, además de quienes lo veíamos en el “canal oficial” y de la interacción que se generó en redes sociales, posicionando hashtags y creando conversación. Este boom no se va a apagar y abonará a que el futbol femenil crezca.
Las exigencias al proceso Vergara
Mónica Vergara fue nombrada directora técnica de la Selección Mayor el 19 de enero de 2021. Han pasado cinco meses y hasta ahora los resultados son un triunfo sobre Costa Rica, dos empates uno ante las ticas y otro frente a Eslovaquia, y dos derrotas, una contra España y la más reciente con Japón. De esos partidos, puede decirse que México debía imponerse ante Costa Rica y Eslovaquia, pero no cabe duda que se tenían previstos los descalabros ante españolas y asiáticas.
Vergara ha movido sus piezas, ha tenido críticas por algunas convocadas, se le ha pedido un cambio drástico del estilo de juego, considerando que parte de su preparación como estratega viene de la escuela de Cuéllar y, desde mi punto de vista, Vergara lo está intentando, pero no le está siendo sencillo desmontarse de un modelo en el que ella misma participaba desde que era jugadora.
Pero tengo fe en que las enseñanzas de Jill Ellis a Vergara van a terminar por reflejarse en la forma de jugar de la Selección Mexicana. La presión por parte de los medios y de la afición claro que debe estar, pero con un contexto que ponga las piezas en el lugar que corresponde. En números, la situación está así: Cuéllar (sin contar a Medina y a Cuéllar hijo) estuvo 18 años al cargo de la Selección Mexicana y Vergara lleva al mando cinco meses, en porcentajes, la era de Mónica lleva apenas el 2% del tiempo del exjugador de los Pumas. Paciencia, crítica constructiva y, sobre todo, ganas de que el futbol femenil mexicano crezca. El camino es el correcto, la velocidad a la que se llegue a la meta debe ser mucho más rápida que la de aquel tren que salió en 1998 y que se fue descarrilando en el trayecto.
